Los beneficios de mantener la motivación son numerosos y pueden influir directamente en la vida cotidiana. Por ello, ya comentamos algunas técnicas para recuperar la motivación para estudiar que pueden ser de ayuda en el camino de la oposición.
Pero, antes de aplicar el “remedio”, es importante conocer la causa por la que las ganas de estudiar pueden estar disminuyendo. Todo ello teniendo en cuenta, eso sí, que la oposición es un proceso a largo plazo, por lo que es comprensible que no todos los días se ofrezca un rendimiento del 100%.
Para entender en qué punto comienzan a decaer los ánimos, hay que averiguar el motivo que nos impulsa a continuar con la preparación en el día a día. No tiene por qué ser el objetivo último de aprobar una oposición (estabilidad, un buen sueldo u otras ventajas de ser funcionario), sino aquello que nos da el “impulso” para comenzar con el estudio un día cualquiera y cumplir con lo planificado. En función de la razón o razones que encontremos, podemos clasificar la motivación en dos tipos.
Tipos de motivación: intrínseca y extrínseca
Motivación intrínseca
Es aquella que se basa en los beneficios personales, emocionales y la autosuperación. Ha demostrado ser el secreto para un estudio más profundo y a largo plazo.
Aunque pueda coincidir con la de otras personas, la motivación intrínseca es personal y subjetiva.
Algunos ejemplos son:
- Curiosidad por un tema en concreto que resulta interesante.
- Deseo de conocer en profundidad una materia para aplicarla en la vida personal.
- Ganas de adquirir nuevas habilidades.
- Emoción por la superación personal.
La eficacia en el estudio que ha demostrado ofrecer la motivación intrínseca ha dado lugar a numerosas técnicas de aprendizaje que hacen frente a las más tradicionales. Una de ellas es la metodología Montessori, que fomenta desde la infancia la satisfacción personal por encima de las recompensas materiales.
Motivación extrínseca
Es la motivación que proviene del medio externo al estudiante.
La motivación extrínseca se ve en los siguientes casos:
- Conseguir la aprobación de un familiar.
- Cumplir las expectativas de un docente.
- Disfrutar los beneficios sociales o la reputación de tener cierto puesto frente a otras personas.
- Obtener una recompensa puntual, como adquirir un producto con el primer sueldo.
Es decir, la diferencia entre la motivación intrínseca y extrínseca es que la intrínseca se enfoca en la propia persona (tanto en las razones que promueven el estudio como en los beneficios internos que aporta), mientras que la extrínseca activa al estudiante para obtener recompensas relacionadas con personas o circunstancias externas a sí mismo.
Cómo aumentar la motivación para estudiar
Estas 6 estrategias para aumentar la motivación intrínseca pueden ser de ayuda en los momentos en que decae el ánimo de estudio:
- Enlaza el estudio con tus intereses: aprende de un tema que pueda ser útil en el día a día, o que ayude a resolver un problema o inquietud personal.
- Alimenta la curiosidad: está científicamente comprobado que, ante la aparición de nuevos estímulos, el cerebro genera dopamina (estados emocionales positivos) y activa la memoria y el aprendizaje.
- Convierte la rutina en un reto: cuando cumplimos los objetivos, por mucho esfuerzo que hayan supuesto (y más aún en esos casos), aparece una sensación de satisfacción que puede llegar a sentirse físicamente. La planificación, a corto o largo plazo, puede ayudar a implementar desafíos que fomenten estas sensaciones.
- Encuentra tu motivación intrínseca: como hemos comentado, cada persona tiene sus propios intereses y conoce exactamente lo que mayor satisfacción personal le puede generar.
- Haz introspección: estrechamente relacionado con el punto anterior, la auto reflexión puede ser útil cuando no se logra encontrar una razón o razones concretas que generen motivación intrínseca.
- Aprende a identificar los momentos de estrés: la carga de trabajo, la frustración o la falta de motivación pueden suponer un importante lastre. Es vital aprender cuándo el desánimo viene por este motivo, para poder llevar a cabo soluciónes específicas.
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