En verano, la preparación de unas oposiciones TIC se enfrenta a un desafío silencioso: el cambio de rutinas, lo que puede llegar a desordenar cualquier calendario de estudio si no se gestiona con previsión.
Verano no significa pausa
La clave no es imitar el ritmo de otras estaciones, sino adaptarlo.
De esta forma se prevé que la concentración puede variar y que el tiempo disponible será diferente, pero siempre habrá margen para avanzar. Cambiar de escenario o reducir la carga no implica dejar de progresar; significa ajustar el plan para que sea realista.
Estrategias para seguir sumando horas de calidad
- Diseña un “plan B” de estudio: prepara una versión reducida de tu horario habitual, con menos horas o tareas más ligeras, para que sea viable incluso en días con compromisos.
- Integra el repaso en momentos muertos: una lista de audios o clases grabadas, test cortos o fichas digitales puede convertir una espera o un trayecto en tiempo de estudio útil.
- Varía el formato de trabajo: combina lectura en papel, vídeos, esquemas visuales o incluso grabaciones de tu propia voz repasando conceptos clave para escucharlas después.
El valor de la flexibilidad
Aceptar que no todos los días serán igual de productivos puede ser de utilidad. Si un día solo puedes dedicar 20 o 30 minutos, enfócalos en tareas que supongan una diferencia, como repasar esquemas o resolver preguntas tipo test. El objetivo es que el contacto con el temario nunca se pierda.
Mantener la motivación alta
Marcar hitos concretos es una herramienta importante: terminar un bloque de temas antes de una escapada, alcanzar un número de test semanales o completar una tanda de repasos antes de final de mes. Estos logros sirven como recordatorio de que el esfuerzo continúa y evitan la sensación de estancamiento.
Cuidar el equilibrio
El estudio sostenido requiere descanso. Alternar días más intensos con otros de carga ligera, buscar espacios agradables y respetar las horas de sueño permite llegar al final del verano con energía para afrontar el siguiente tramo de preparación.
En definitiva, con una estrategia adaptada, el verano no tiene por qué ser un freno, sino un periodo para consolidar conocimientos, ganar confianza y mantener la constancia hasta el examen.