España ha dado un paso decisivo para reforzar su posición en la UE en el ámbito de las tecnologías al presentar el “Pacto Cuántico” o “Quantum Pact” en el Consejo de Telecomunicaciones. Esta iniciativa, diseñada para fomentar la colaboración entre los Estados miembros y la Comisión Europea, busca consolidar a Europa como líder global en el desarrollo y despliegue de tecnologías cuánticas.
El ‘Pacto Cuántico’ surge en un contexto en el que las principales potencias mundiales intensifican sus inversiones en estas innovadoras tecnologías. Con el objetivo de que la Unión Europea desempeñe un papel destacado en esta competencia, el documento subraya la necesidad de un compromiso explícito para impulsar y mantener a Europa en una posición de liderazgo.
En qué consiste el Quantum Pact
El objetivo final es que Europa alcance el liderazgo en las tecnologías cuánticas, reconociendo la importancia de abordar los desafíos científicos y tecnológicos que surgen en este ámbito. Con esta visión en mente, el Pacto propone:
- La coordinación de esfuerzos para transformar la excelencia científica europea en innovaciones con un impacto económico y científico significativo. Esto se logrará mediante el estímulo de la investigación e innovación en tecnologías cuánticas, con el respaldo de financiación tanto pública como privada, especialmente destinada a startups y scale-ups. Además, se insta a las grandes empresas a invertir en estas tecnologías para potenciar su crecimiento.
- Reforzar el compromiso de construir infraestructuras comunitarias cuánticas para la computación y simulación, comunicaciones seguras, sensórica y metrología cuánticas.
- Generar el talento necesario para dotar a Europa de profesionales altamente cualificados en estas tecnologías.
Importancia de las tecnologías cuánticas
Abarcando la computación, simulación, comunicación y sensórica cuánticas, estas tecnologías están destinadas a tener un impacto en la economía global. Los países que adquieran un dominio temprano de estas tecnologías disfrutarán de una ventaja competitiva única. Además, es crucial abordar la posibilidad de que los ordenadores cuánticos puedan descifrar algoritmos clásicos de encriptación en el futuro, lo que podría amenazar la seguridad de las comunicaciones y las infraestructuras críticas, así como la confidencialidad de los datos sensibles.
En este contexto, los retos científicos y tecnológicos asociados con las tecnologías cuánticas son significativos, y ningún país europeo puede enfrentarlos en solitario. Así, la colaboración entre los Estados miembros se presenta como una necesidad imperante para alcanzar los objetivos que Europa debe perseguir en este campo. Esto implica la creación de un ecosistema cuántico que permita acceder a innovaciones disruptivas, generando riqueza y mejorando la calidad de vida, al tiempo que garantiza la soberanía tecnológica y económica de la Unión frente a los riesgos asociados con el desarrollo de estas tecnologías.
