Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) son 8 propósitos concretos definidos en el año 2000 enfocadas en el desarrollo social y humano. Más de 180 países de las Naciones Unidas se comprometieron a alcanzarlos para el año 2015 pero, ¿realmente lo consiguieron?
Los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio
A fin de solventar las principales dificultades que enfrenta la población a nivel global y, basándose en los diálogos y resoluciones que habían tenido lugar en las conferencias previas en las Naciones Unidas, se definieron los siguientes objetivos:
Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Lograr la enseñanza primaria universal.
Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
Reducir la mortalidad infantil.
Mejorar la salud materna.
Combatir el VIH, el paludismo y otras enfermedades.
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Cada uno de ellos se desglosa en varias metas más específicas, que concretan aspectos como el límite temporal o cifras de referencia. Un ejemplo es, en el caso del objetivo de reducir la mortalidad infantil, la siguiente especificación: “Aumentar las 2/3 partes, entre 1990 y 2015, la natalidad de niños mayores de 9 años en adelante. Reducir la mortalidad en menores de 5 años al menos en dos terceras partes”.
Además de las metas, se especificaron una serie de indicadores que marcarían de forma objetiva el cumplimiento o no de estos objetivos. Algunos de los parámetros más comunes eran las tasas de población, coeficientes y el seguimiento de ciertas proporciones que presentaba la sociedad.
¿Se cumplieron los objetivos?
El secretario general de las Naciones Unidas admitió, 10 años tras la designación de los ODM, que estos objetivos habían supuesto un avance. Añadió que, si bien se estaban procurando seguir las líneas de actuación marcadas, aún había “mucho camino por recorrer”.
Es cierto que se han cumplido algunas de las directrices concretadas, pero hay otros cuyo alcance aún es lejano.
Según confirma UNICEF, estos son los objetivos más destacados:
- Reducción a la mitad de la mortalidad infantil a nivel mundial.
- Incremento del acceso al agua potable.
- Prevención y desarrollo del tratamiento contra el VIH.
- Disminución de la pobreza extrema.
- Aumento de la igualdad en el acceso a la educación.
Aun así, hay aspectos en los que el avance ha sido escaso, entre otros:
- Mortalidad neonatal y materna.
- Solventar problemas de malnutrición infantil.
- Colaboración entre países (especialmente los más avanzados) para fomentar el desarrollo mundial.
Otra de las debilidades de los ODS es su enfoque, orientado al aspecto social de los países en desarrollo, lo cual limitaba y dificultaba a su vez la capacidad de actuación.
No obstante, si bien los Objetivos del Milenio no se cumplieron plenamente, promovieron numerosos avances y sirvieron de precedente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de los que hablaremos en otra ocasión.