Por norma general, a lo largo del período escolar y posteriores formaciones no especializadas suele emplearse un modelo de aprendizaje que consiste en memorizar el contenido y plasmarlo en el examen. Esto ha llevado a que la gran mayoría de la población afronte una preparación con las herramientas y los métodos más tradicionales.
A pesar de ello, recientes estudios en el funcionamiento del cerebro y otras técnicas de aprendizaje ofrecen cada vez más posibilidades. Es el ejemplo de estos 6 trucos, algunos mencionados por Harvard, que se obtuvieron basándose en el funcionamiento del cerebro humano.
1. Los apuntes, a mano
Escribir en un teclado es más rápido y cómodo para muchos, especialmente aquellos que han crecido rodeados de dispositivos electrónicos. Sin embargo, esa velocidad impide que el cerebro procese adecuadamente la información que recibe. Así, la retención disminuye, por lo que se recomienda encarecidamente el uso del bolígrafo.
Hacer esquemas o diagramas propios también ayuda. Es importante que, si el resto de los apuntes se realizan en digital, al menos estos resúmenes se hagan a mano.
2. Frases cortas con nuestras palabras
Al leer una explicación hecha por uno mismo, el cerebro recuerda la información que llevó a la formulación de esa frase, ya que estuvo implicado en su proceso de elaboración.
Además, resumir una sección ahorra la lectura de todo el párrafo. Eso sí, es importante no resumir procesos con muchos detalles, ya que podrían perderse en la frase.
3. No releer, releer y releer
Aunque no se aprecie, al cerebro le genera una sensación de “incomodidad” al leer una y otra vez la misma información, independientemente de la longitud del texto. Ello puede conllevar un procesamiento indebido de la misma.
Leer mucha información en bucle para memorizarla no ayuda. En caso de hacerlo porque no se ha comprendido el texto, además, puedes saturar con más facilidad. Es preferible leer detenidamente una sola vez e intentar entender el texto (lectura comprensiva). Así retenemos la información importante.
4. Fichas para datos concretos
Hacer fichas propias ayuda a centrar la atención en ese único dato.
Bonus:
- Añadir elementos asociados (como las imágenes que utilizamos en estos posts) ayudan a memorizar.
- Hay apps que permiten crear preguntas tipo test, lo que refuerza la retención de una forma más amena, como un quiz game.
5. Explicar a otros
En conclusión, el foco está en cómo el cerebro procesa la información, es vital:
- Dedicar el tiempo necesario.
- Centrar la atención (concentración).
- Repasar desde las propias palabras.
- Estudiar según el tipo de información.
Explicar a otros incluye varios puntos: te hace describir con tus palabras el temario, esto se almacena ordenadamente en la memoria y supone un repaso.
6. Descansos y dormir
Es habitual compensar las horas de estudio durante la noche restando horas de descanso nocturno, pero la realidad es que la información obtenida durante el día se procesa y almacena durante una de las 4 etapas del sueño.
Además, desconectar del estudio o cambiar de materia ayuda a “salir” de ese bucle de funcionamiento cerebral, disminuyendo la sensación de saturación.
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